ACOSO LABORAL O MOBBING Y SÍNDROME DE BURNOUT

En estos días, en los que solo se ven noticias de acoso escolar en la televisión, en los cuales los colegios responsables no se hacen responsables, valga la redundancia, y en los que vemos la cara más amarga del acoso escolar, vengo a hablaros del acoso, pero del tema que nos toca, del acoso laboral.

Existe, todos lo sabemos. Pero qué difícil es verlo y más aún diagnosticarlo y denunciarlo.
Para empezar, me gustaría recalcar que el mobbing se puede dar entre compañeros o directamente desde arriba, es decir, desde la dirección. Normalmente, cuando el mobbing viene desde arriba, el objetivo es cansar al trabajador para que éste renuncie de forma voluntaria al trabajo. El caso es que no es legal que se cometan estos hechos y al acosador se le puede ir de las manos la situación muy fácilmente haciendo que la víctima caiga en depresión.

Empresas alrededor del mundo utilizan este tipo de estrategia para que la baja del trabajador les salga lo más barata posible, pero a veces, no son conscientes del nivel de estrés al que están sometiendo a sus empleados.
A veces, el acoso al que se les somete es tal, que la víctima no ve otra vía de escape más que la muerte, y se suicidan en sus propias empresas o a causa del estrés que éstas le someten. No piensen que exagero, en una empresa de Francia se sumaron 24 suicidios en tan solo un año y medio.

Este tipo de acoso es silencioso y casi invisible, de forma que las víctimas no son conscientes de lo que les están haciendo. Hay que saber actuar y diagnosticar en la medida de lo posible dicho acoso. Para ello, voy a dar varios signos que pueden demostrarlo:
v  Trato diferente, es decir, la víctima es tratada de forma diferente.
v  Agresión verbal, o se niegan a comunicarse con la víctima, les gritan o les insultan, es un maltrato verbal.
v  El acosador habla mal de la víctima, inventan y difunden rumores sobre la víctima.
v  Asignación de excesiva cantidad de trabajo, intenta agobiar a la víctima con el fin de someterla a estrés y que renuncie.
v  Infravaloran el trabajo de la víctima y limitan su progreso dentro de la empresa.
v  Suelen ser amenazados con quitarles responsabilidad o darle tareas que nada tienen que ver con su puesto.
v  Controlan y supervisan el trabajo de la víctima de forma minuciosa para que renuncie.
v  Son ridiculizados frente a sus compañeros y a sus superiores.
v  Aíslan a la víctima dándole tareas que los alejen físicamente de sus compañeros.
v  Asignan plazos de ejecución irrazonables.

Si los trabajadores no renuncian a su puesto, el acoso sigue y va perjudicando a su salud tanto física como psicológicamente.
Las víctimas suelen presentar estrés a causa de su trabajo, ansiedad y en el peor de los casos depresión. Una vez que la víctima comienza sufrir problemas psíquicos hablamos del síndrome de burnout, que es un trastorno emocional ocasionado por el trabajo y que conlleva graves patologías físicas y psicológicas.
Estos síntomas son trasladados desde el entorno laboral hasta el doméstico, bajando la calidad de vida del trabajador y la de su familia. Además, en muchas ocasiones acaba pasando factura en las relaciones personales de la víctima ya que la familia no es consciente de lo quemado que puede estar o simplemente no están dispuestos a convivir con una persona con ansiedad o estrés, que viva quemado y hastiado de todo. El cúmulo de todo originado por el entorno laboral acaba somatizando y nos encontramos síntomas físicos y psicológicos. Entre los psicológicos nos encontramos:
v El trabajador se vuelve negativo, irritado y desmotivado. Esto puede derivar en un mal comportamiento con los clientes.
v  Pérdida de energía y cansancio emocional y físico.
v  Baja autoestima, sus expectativas no se cumplen.
v  Estrés.
v  Insomnio.
v  Depresión.
v  Ansiedad.
v  Migrañas.
v  La víctima se vuelve vulnerable ante enfermedades.

En cuanto a síntomas físicos:

v  Diabetes.
v  Infartos.
v  Pérdida de peso.
v  Problemas gastrointestinales.
v  Dolor muscular.
v  Obesidad.

Ante estas reacciones lo mejor es decidir acabar con la situación y acabar de la mejor forma. Buscar apoyo en el entorno familiar o más cercano, explicarles qué te pasa y qué sientes, desahogarse. Probablemente, si la víctima ha experimentado ya estos síntomas habrá consultado con un médico. Cuéntaselo a él también.
También es importante no tomarse las cosas tan a pecho, es muy fácil que lo diga una persona que jamás ha sufrido acoso, pero hay que dejar esa actitud de cinismo con el trabajo y disfrutar de las verdaderas cosas que importan en la vida.

Compañeros esto es todo por esta semana. Espero que no sufran este tipo de acoso y que todo lo que habéis leído os sirva para aumentar vuestro conocimiento y no para tener que tomar medidas al respecto de vuestra situación. Pero si es así, respira, piensa y evalúa qué es más importante para ti, busca ayuda, apóyate en tus seres más cercanos y TODO TIENE SALIDA.



Hasta el próximo miércoles ;)

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